jueves, 20 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
lunes, 8 de septiembre de 2008
martes, 29 de julio de 2008
sábado, 26 de abril de 2008
La Deriva por Santiago de Nueva Extremadura
El encierro como respuesta a la ciudad
Una constante del recorrido es la necesidad de la gente por protegerse del exterior, visto desde los metros cuadrados privados de su casa. Existe un afán por delimitar y sobre todo, por protegerse de la calle, de encerrarse bajo rejas, portones, sistemas de alarma y alambres de púa buscando seguridad y privacidad, convirtiendo el exterior en tierra de nadie. Podemos asociar esta tendencia al creciente miedo a actos delictuales (o por lo menos eso nos vende el medio periodístico masivo). Paradójicamente la ciudad como conjunto se compone de pequeños espacios privados, cada uno con su propio mundo, cada uno de estos mundos queriendo protegerse de los demás. Entonces vemos que en nuestra deriva urbana las trincheras están por doquier, connotando la peligrosidad de los barrios, o el miedo patente de los moradores a robos, quienes también dan un mensaje claro: estamos bien resguardados.
Esta señal de cómo la gente o las familias se ensimisman, comprueban la perdida del barrio como conjunto colectivo y ente social, confirmando una individualidad en el afrontar problemas comunes como la delincuencia, encerrándose y velando por el bienestar dentro del territorio familiar.
La protección del lugar físico no solo se vio en casas particulares, sino en sitios eriazos, fábricas, edificios. Todo lo concerniente al lo privado, en incluso lo público, como las plazas, se llenan de rejas, de barreras físicas que impiden el paso.
Las rejas son como las defensas, los anticuerpos de la ciudad. Es una sobre-prohibición del paso que llega a tornarse agresiva. En la calle circula lo malo, lo ajeno, aquello de lo que hay que protegerse. La calle ya no es mas el amigo en el que creces.
Fotos de la Instalación: Foto 1 Foto 2 Foto 3 Foto 4 Foto 5 Foto 6
viernes, 25 de abril de 2008
pseudoBitácora de lo deambulado
domingo, 13 de abril de 2008
Paper II
Queremos ser país y somos apenas paisaje
Nicanor Parra
Cuando los encargados de hacerlo miran más a la vanguardia que dentro del país y formalmente se proyectan cuadrados dentro de rectángulos, cuando en verdad somos una irregular faja de tierra, se impone lo regular dentro de lo irregular, ¿se impone el país en el paisaje?
Al respecto, Andreas Gursky cita a Roland Barthes: Ir a lo central significa halar la verdad social. Lo central no esta en las obras insignes, sino en la cotidianeidad de lo urbano, en lo anónimamente normal y casual. Gursky en sus fotografías contempla la realidad desde una mirada casi divina, criteriosamente riguroso en cada tema, habla del hombre actual, observa y describe hasta el ultimo detalle; multitudes, grandes espacios, la incursión de la arquitectura en la naturaleza y así da una imagen de la sociedad en que vivimos. En Gursky la arquitectura solo es el medio para descubrirnos como seres urbanos.
La arquitectura debiera proyectar y construir espacios habitables, en función, por tanto, de la cultura, para nuestra identidad y proyecto país y no crear cultura a partir de las, a menudo, obras individualistas de los arquitectos.