viernes, 25 de abril de 2008

pseudoBitácora de lo deambulado


La travesía comenzó en el metro departamental, donde comenzamos a caminar pasadas las 10 AM hacia el poniente. Era un barrio tranquilo y con mucha vegetación y jardines, calles amplias sin mucho trafico, calles típicas de San Miguel. Al cruzar la autopista central pasamos a la comuna de Pedro Aguirre Cerda donde el paisaje se tornaba hacia lo descuidado, a tal punto que vimos un gigante de cemento abandonado, era como un hospital a medio construir. A su lado un peladero clásico, con basura y animales muertos. Las casas sobre protegidas con rejas y protecciones, en algunas se notaba procuración por lo estético, en otras nada. Las calles estaban limpias, salvo los sitios baldíos y las veredas de tierra al lado de terrenos privados. Llegando a la Av. Carlos Valdovinos en el límite con la comuna de Santiago, el olor a putrefacción era insoportable a medida que nos acercábamos a la línea del tren, por donde caminamos un trecho para luego bajar por la misma avenida para buscar nuevas calles. En la comuna de Santiago nos encontramos con las típicas casas de barrio tradicional y almacenes, donde compramos unas empanadas y refrescos, porque ya a media mañana había hambre. Llegamos por atrás del club hípico y luego entramos al parque O`higgins caminando hacia el norte paralelo a la línea 2 del metro donde la densidad universitaria se hacia sentir. En los Héroes, pasamos por el Monumento a las mujeres desaparecidas y continuamos hacia el norte por el barrio Brasil, lo que es una mezcla de centro y barrio con calles pequeñas y muchos autos. En el Parque de los reyes descansamos mirando las acrobacias de los skaters en su pista, eran las 2 PM y seguimos en dirección poniente por el parque hasta encontrar algún cruce que nos permitiera atravesar el Mapocho y la Autopista costanera. Superado esto logramos cruzar mucho más allá de lo presupuestado por un paso sobre nivel que nos dejo en una feria que comenzaba a desarmarse, era el limite entre Quinta Normal y Renca. En Renca el entorno era feo, similar a Pedro Aguirre Cerda, un aspecto llamativo de esta era que las calles no tenían señaletica o nombres para ubicarse, la clásica cancha de tierra de barrio se guardaba para el fin de semana y en vez de autos había camiones estacionados. Mágicamente entramos a un barrio bastante bien conservado similar a San Miguel, con jardines y casas bien cuidadas, que duró hasta llegar a Av. Vivaceta. Ahí descansamos unos minutos fuera del hipódromo para seguir luego en dirección oriente. En independencia pasamos por la plaza Chacabuco y el estadio Santa Laura que se cae a pedazos, la verdad es que es un sector parecido a la comuna de Santiago, con la misma tipología de barrios, solo que con más basura en la calle y aceras mas descuidadas. Llamó mucho la atención la cantidad de edificios que se construyen en el sector. Avanzando hacia el oriente por Av. México (a pedido de Belén) todo el rato seguimos por la comuna de Recoleta hasta la calle el Salto, donde comenzamos a sentir y divisar las calles en subida. Eran ya las 5 PM y nos comenzamos a sumergir en aquel barrio con aires de Valparaíso, en donde las casas denotaban alguna toma en el pasado cercano, todas distintas con los mas diversos materiales, calles irregulares sin planeación alguna y paredes con murales alusivos a Colo colo y algún conflicto interno de la población. Subimos a lo mas alto, donde comenzaba el cerro san Cristóbal, donde la gente improvisó un mirador-plaza hacia el norte de la ciudad, en el los niños jugaban en los columpios y demases y la gente compartía luego de la jornada laboral. Hacia las 6 bajamos a tomar el micro que nos dejo en Av. Vivaceta, donde tomamos una nueva locomoción hacia el barrio de Mapocho, pasando a pie por La estación Mapocho, la piscina de la Universidad de Chile y el mercado central. Culminamos el día a las 7 PM comiéndonos una promoción de 2 italianos + bebida en el portal Fernández Concha, con harto ají.

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